La movilización popular es quien ha conseguido paralizar el desahucio de Trapagaran.

Se ha conseguido paralizar el desahucio que estaba ordenado para el pasado martes en Ugarte. Por lo tanto se prorroga la fecha del desalojo, la familia consigue quedarse en la casa y al menos consigue respirar tranquila. Una realidad inalcanzable de no ser por la protesta social , la solidaridad vecinal y la movilización ciudadana que ha suscitado este hecho.

La clase poĺitica no se mueve sino hay presión popular.

La clase política protege los intereses de las élites económicas mientras que carga todo el peso de la crisis sobre las clases populares. Es así como aprueban recortes en servicios sociales, educación y sanidad, además de aprobar reformas laborales para que la patronal mantenga sus beneficios a la vez que rescatan a bancos con dinero público.

Por lo tanto es  la presión popular la que en esta situación de grave crisis esta obligando a los políticos a moverse para dar respuesta a las injusticias que se están cebando sobre la mayoría de la ciudadanía. Esta es la razón por la que el PP ha tenido que recular y aceptar a trámite la Iniciativa Legislativa Popular sobre la ley hipotecaria y es de la misma manera que el ayuntamiento de Trapagaran ha tenido que moverse para intentar responder ante el inminente desahucio de nuestro pueblo.

El alcalde de Trapagaran no se quería mojar en el asunto.

Antes de tener conocimiento del caso de Ugarte los diferentes grupos políticos ya tenían registradas  mociones sobre el tema desahucios con objeto de consensuar un texto en el ayuntamiento.  Es muy bonito  firmar de vez en cuando en el ayuntamiento una declaración institucional, sin embargo dicha declaración se convierte en mera limpieza de cara si desde el ayuntamiento no existe el firme compromiso de mojarse y poner todos los medios para proteger a los vecinos y vecinas del pueblo cuando ocurre un caso en la realidad.

BILDU informó semanas antes al equipo de gobierno sobre el caso de deshaucio que iba a haber en Ugarte y presentó junto con IU-Ezker Anitza una moción en la que instaba al ayuntamiento coger unos compromisos de mediación y protección de la familia. Una propuesta sobre la cual desde la alcaldía se intentó evitar coger compromisos y se prohibió llevar a votación en pleno.

Sin embargo fueron los días previos al desahucio a consecuencia de la persistencia de BILDU y sobre todo del alcance social que estaba teniendo el suceso cuando se empezo desde el ayuntamiento a analizar las alternativas al desahucio. Fue de nuevo la presión social quien empujo a los políticos a moverse.

La protesta social crece.

Ante tal inmobilismo de la clase política somos los ciudadanos quienes nos estamos organizando en colectivos como STOP desahucios, asambleas de parados, plataformas contra los recortes o agrupaciones por los derechos sociales. La protesta social crece y los proyectos colectivos, la solidaridad entre vecinos y el trabajo en común desde la pluralidad los diferentes sectores sociales se convierte en la mejor garantía de nuestros derechos.

Quieren fragmentar a la sociedad y que nos juzguemos entre nosotros

“Algo habrá hecho…” “¿Pero porqué no puede pagar la hipoteca?” han sido comentarios que se han oido incluso dentro de las comisiones del ayuntamiento. Quieren que nos enredemos en falsos debates sobre las razones que han llevado a la familia a esta situación. Sin embargo ¿Alguien se pregunta dónde esta el dinero en B del el PP? o ¿que pasa con los beneficios de los negocios de la familia Borbón? Quieren fragmentar a las clases populares convirtiéndonos jueces de entre nosotros para desviar la atención sobre la verdaderas cuestiones como el sistema de hipótecas de por vida que nos han obligado a entrar los bancos, el numero de viviendas que permanecen vacias en el pueblo mientras que existen vecinos sin acceso a la misma. Esas si que  son las verdaderas cuestiones a abordar.

Existen alternativas y formas de hacer frente al sistema, somos el 99%, movilización popular, organización  y solidaridad vecinal. AURRERA!

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